Al recibir el Premio Hannah Arendt por la Paz y la Tolerancia, el sacerdote, profesor y ex rector de UCAB, Luis Ugalde hizo un llamado urgente para frenar lo que, a su juicio, parecen ser vestigios de los totalitarismos de otros siglos
ELIZABETH ARAUJO / FOTO: JOSÉ MIGUEL MENESES
“Defender los valores de la paz y la tolerancia como atributos fundamentales del hombre y de la democracia”. Con esta frase, el ex rector de UCAB y ganador del Premio Hannah Arendt por la Paz y la Tolerancia 2013-2015 resumió la misión que deberían asumir los venezolanos, “los de un lado como del otro”, porque, a su juicio, “el país lo está reclamando a gritos”.
Galardonado con este reconocimiento público, instituido por el Observatorio Hannah Arendt, y con el apoyo del diario El Nacional, y la galería Artepuy, el sacerdote jesuita y profesor universitario dijo que el hecho de haber sido escogido para este importante premio, lo ponía a pensar en un tema que le ha interesado y motivado en toda su vida y que hoy es el centro de sus convicciones humano-cristianas.
“¿De dónde venimos y hacia dónde vamos en este largo camino de la intolerancia, la exclusión y aún destrucción del que es distinto y que por el hecho de serlo es malo? Solo basta con ir al diccionario de la Real Academia Española, y aprender que tolerar es 1) sufrir, llevar con paciencia; b) permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente. Resistir, soportar, especialmente alimentos, medicinas, etc. Del mismo modo como tolerancia de cultos es permitir actos de culto que no son de la religión del estado. Diríamos que en contextos civilizados el tolerante se siente mejor aunque el tolerado sigue siendo alguien de segunda categoría que no se merece permitir; algo que no se tiene por lícito”.
Ugalde reconoció la labor del Observatorio Hannah Arendt a favor de la paz y de la tolerancia, al tiempo que previno de los totalitarismos, “esos que creen tener el monopolio de la verdad y del bien, y que por tanto, según esta consideración, los enemigos de la verdad deben ser excluidos”.
Lamentó que en pleno siglo XXI la intolerancia sea considerada en algunos sitios como una virtud y que la tolerancia sea tenida como una debilidad. Por eso, expresó, lo oportuno de la labor de organizaciones como el Observatorio Hannah Arendt , cuya misión de educar y formar a los ciudadanos es extensiva también a instituciones del Estado, entre las cuales se cuentan los cuerpos policiales.
“Hoy en Venezuela desde el poder se busca una sociedad donde no haya empresa privada ni educación plural ni autonomía universitaria, sino que todo pertenezca a lo estatal, a una sola ideología y a un partido”, señaló
Precisamente porque existen hoy personas para quienes la tolerancia no es una virtud, sino una táctica, mientras se logra el control de los poderes, de la conciencias y de la opinión e información, el padre Ugalde abogó por reforzar los valores de la tolerancia y la paz. Sembrar ideas de paz y de tolerancia en la sociedad venezolana tiene hoy una importancia vital para las generaciones futuras.
Como palabras finales, Luis Ugalde agradeció a quienes, juntos con él, participaron con su palabra y su acción a la valoración de este premio que concede el Observatorio Hannah Arendt.
“En este premio están presentes todos los que caminan para que los derechos humanos no sean una mera declaración o un papel, sino una forma de vida”.
Le dio las gracias a los participantes en el jurado, quienes para  él, merecen este reconocimiento, como al presidente del Observatorio Hannah Arendt, Alejandro Oropeza; el presidente del jurado, Heinz Sonntag; la rectora de la UCV, Cecilia García Arocha, el rector de la Universidad Metropolitana, Benjamín Sharifker;  el médico y escritor Ildemaro Torres; Beatriz Gil, directora de la Galería ArtePuy,  y el  director de El Nacional, Miguel Henrique Otero.
Así como a los nominados: la coordinadora de Cofavic, Liliana Ortega; el cineasta y  sociólogo Oscar Lucien; el fundador de la Fesnojiv, José Vicente Abreu; Vicente Díaz, miembro del Consejo Nacional Electoral; Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano; el doctor Jesús María Casal; las profesoras y luchadoras sociales: Marianne Kohn Bekaert, Nelly Cuenca de Ramírez, Virginia Aponte;  el  director del Observatorio Venezolano de Prisiones, Humberto Prado; Carlos Alberto Nieto, de la ONG: Una ventana a la libertad y Ramón Guillermo Aveledo, escritor y secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad.
Luis UgaldeAl recibir el Premio Hannah Arendt por la Paz y la Tolerancia, el sacerdote, profesor y ex rector de UCAB, Luis Ugalde hizo un llamado urgente para frenar lo que, a su juicio, parecen ser vestigios de los totalitarismos de otros siglos.

ELIZABETH ARAUJO / FOTO: JOSÉ MIGUEL MENESES

“Defender los valores de la paz y la tolerancia como atributos fundamentales del hombre y de la democracia”. Con esta frase, el ex rector de UCAB y ganador del Premio Hannah Arendt por la Paz y la Tolerancia 2013-2015 resumió la misión que deberían asumir los venezolanos, “los de un lado como del otro”, porque, a su juicio, “el país lo está reclamando a gritos”.
Galardonado con este reconocimiento público, instituido por el Observatorio Hannah Arendt, y con el apoyo del diario El Nacional, y la galería Artepuy, el sacerdote jesuita y profesor universitario dijo que el hecho de haber sido escogido para este importante premio, lo ponía a pensar en un tema que le ha interesado y motivado en toda su vida y que hoy es el centro de sus convicciones humano-cristianas.
“¿De dónde venimos y hacia dónde vamos en este largo camino de la intolerancia, la exclusión y aún destrucción del que es distinto y que por el hecho de serlo es malo? Solo basta con ir al diccionario de la Real Academia Española, y aprender que tolerar es 1) sufrir, llevar con paciencia; b) permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente. Resistir, soportar, especialmente alimentos, medicinas, etc. Del mismo modo como tolerancia de cultos es permitir actos de culto que no son de la religión del estado. Diríamos que en contextos civilizados el tolerante se siente mejor aunque el tolerado sigue siendo alguien de segunda categoría que no se merece permitir; algo que no se tiene por lícito”.
Ugalde reconoció la labor del Observatorio Hannah Arendt a favor de la paz y de la tolerancia, al tiempo que previno de los totalitarismos, “esos que creen tener el monopolio de la verdad y del bien, y que por tanto, según esta consideración, los enemigos de la verdad deben ser excluidos”.
Lamentó que en pleno siglo XXI la intolerancia sea considerada en algunos sitios como una virtud y que la tolerancia sea tenida como una debilidad. Por eso, expresó, lo oportuno de la labor de organizaciones como el Observatorio Hannah Arendt , cuya misión de educar y formar a los ciudadanos es extensiva también a instituciones del Estado, entre las cuales se cuentan los cuerpos policiales.
“Hoy en Venezuela desde el poder se busca una sociedad donde no haya empresa privada ni educación plural ni autonomía universitaria, sino que todo pertenezca a lo estatal, a una sola ideología y a un partido”, señaló.
Precisamente porque existen hoy personas para quienes la tolerancia no es una virtud, sino una táctica, mientras se logra el control de los poderes, de la conciencias y de la opinión e información, el padre Ugalde abogó por reforzar los valores de la tolerancia y la paz. Sembrar ideas de paz y de tolerancia en la sociedad venezolana tiene hoy una importancia vital para las generaciones futuras.
Como palabras finales, Luis Ugalde agradeció a quienes, juntos con él, participaron con su palabra y su acción a la valoración de este premio que concede el Observatorio Hannah Arendt.
“En este premio están presentes todos los que caminan para que los derechos humanos no sean una mera declaración o un papel, sino una forma de vida”.
Le dio las gracias a los participantes en el jurado, quienes para  él, merecen este reconocimiento, como al presidente del Observatorio Hannah Arendt, Alejandro Oropeza; el presidente del jurado, Heinz Sonntag; la rectora de la UCV, Cecilia García Arocha, el rector de la Universidad Metropolitana, Benjamín Sharifker;  el médico y escritor Ildemaro Torres; Beatriz Gil, directora de la Galería ArtePuy,  y el  director de El Nacional, Miguel Henrique Otero.
Así como a los nominados: la coordinadora de Cofavic, Liliana Ortega; el cineasta y  sociólogo Oscar Lucien; el fundador de la Fesnojiv, José Vicente Abreu; Vicente Díaz, miembro del Consejo Nacional Electoral; Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano; el doctor Jesús María Casal; las profesoras y luchadoras sociales: Marianne Kohn Bekaert, Nelly Cuenca de Ramírez, Virginia Aponte;  el  director del Observatorio Venezolano de Prisiones, Humberto Prado; Carlos Alberto Nieto, de la ONG: Una ventana a la libertad y Ramón Guillermo Aveledo, escritor y secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad.