El presidente Nicolás Maduro, como heredero político de Hugo Chávez, recibió problemas y deudas de diversa naturaleza especialmente en el ámbito económico. Sin embargo, recibió al mismo tiempo un importante aparato comunicacional que puede manejar a su antojo, al igual que su predecesor. El control sobre los contenidos informativos políticos que emite la televisión abierta, junto a cortapisas a la televisión por suscripción, eclipsaron la presencia televisiva de las voces disidentes en Venezuela.
Junto a una televisión insulsa, sin polémica política en la pantalla, Nicolás Maduro terminó entronizándose mediáticamente gracias a las cadenas de radio y televisión y, un asunto no menor, gracias al control sobre la señal de los canales de televisión del Estado y en particular de Venezolana de Televisión (VTV). La principal señal de televisión administrada por el gobierno, con cobertura nacional, no solo dista de ser el canal de todos los venezolanos, sino que ni siquiera es el canal de todos los chavistas.
VTV ha devenido en el canal de lo que podríamos llamar la “nomenclatura”, categoría para definir a lo que en criollo en el pasado se llamó el cogollo. Por allí desfilan ministros y otros altos funcionarios, directivos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y hasta allí llega la apertura. No se le da cabida en VTV a la diversidad que coexiste en el seno del chavismo, ni tampoco se refleja el propio malestar que subyace en sectores del mismo PSUV. La carta del exministro Giordani no fue noticia en ese medio.
El uso de VTV para la transmisión de los actos partidistas del PSUV es un acto de corrupción a todas luces, pero es a fin de cuentas una demostración de cómo ese medio está al servicio de quienes están hoy en el poder, dentro de la propia lucha interna del partido que fundara Chávez.
Desde abril de 2013, Nicolás Maduro ha salido en VTV más de 544 horas, una cifra que significa 73 minutos diarios en Venezolana de Televisión, el canal “de todos los venezolanos”.  El uso de los medios del Estado para propaganda política es un abuso de poder y viola la Constitución venezolana. Igual como hizo la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) hace unos días, hay que denunciar este abuso.
De acuerdo con los datos del Cadenómetro de la organización sin fines de lucro Monitoreo Ciudadano, el uso de VTV como herramienta política por parte del gobierno aumenta en momentos importantes para el proyecto político de Nicolás Maduro. Las cifras completas pueden leerse en www.monitoreociudadano.org  o la cuenta en Twitter @cadenometro
Al igual como las cadenas, Maduro ha utilizado los medios de comunicación del Estado de una manera impresionante, especialmente en épocas cruciales para la promoción del chavismo y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Superando el promedio de los primeros 6 meses de 2014 de 61 minutos cada día, se presentó contenido político en Venezolana de Televisión (VTV) 100 minutos cada día durante la campaña para las elecciones municipales del 8 de diciembre de 2013 y 7 horas cada día en la campaña para las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013.
Además de la cantidad de horas y minutos, el costo comercial de estas transmisiones por VTV también es alto. De acuerdo con el valor publicitario equivalente calculado por Monitoreo Ciudadano, las 103 transmisiones de VTV de 2014 representan al menos 113 millones de bolívares fuertes (17,1 millones de dólares a la tasa de cambio oficial). Maduro maneja VTV como su canal de televisión.
@infocrac

ANDRÉS CAÑIZÁLEZ

maduro3

El presidente Nicolás Maduro, como heredero político de Hugo Chávez, recibió problemas y deudas de diversa naturaleza especialmente en el ámbito económico. Sin embargo, recibió al mismo tiempo un importante aparato comunicacional que puede manejar a su antojo, al igual que su predecesor. El control sobre los contenidos informativos políticos que emite la televisión abierta, junto a cortapisas a la televisión por suscripción, eclipsaron la presencia televisiva de las voces disidentes en Venezuela.

Junto a una televisión insulsa, sin polémica política en la pantalla, Nicolás Maduro terminó entronizándose mediáticamente gracias a las cadenas de radio y televisión y, un asunto no menor, gracias al control sobre la señal de los canales de televisión del Estado y en particular de Venezolana de Televisión (VTV). La principal señal de televisión administrada por el gobierno, con cobertura nacional, no solo dista de ser el canal de todos los venezolanos, sino que ni siquiera es el canal de todos los chavistas.

VTV ha devenido en el canal de lo que podríamos llamar la “nomenclatura”, categoría para definir a lo que en criollo en el pasado se llamó el cogollo. Por allí desfilan ministros y otros altos funcionarios, directivos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y hasta allí llega la apertura. No se le da cabida en VTV a la diversidad que coexiste en el seno del chavismo, ni tampoco se refleja el propio malestar que subyace en sectores del mismo PSUV. La carta del exministro Giordani no fue noticia en ese medio.

El uso de VTV para la transmisión de los actos partidistas del PSUV es un acto de corrupción a todas luces, pero es a fin de cuentas una demostración de cómo ese medio está al servicio de quienes están hoy en el poder, dentro de la propia lucha interna del partido que fundara Chávez.

Desde abril de 2013, Nicolás Maduro ha salido en VTV más de 544 horas, una cifra que significa 73 minutos diarios en Venezolana de Televisión, el canal “de todos los venezolanos”.  El uso de los medios del Estado para propaganda política es un abuso de poder y viola la Constitución venezolana. Igual como hizo la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) hace unos días, hay que denunciar este abuso.

De acuerdo con los datos del Cadenómetro de la organización sin fines de lucro Monitoreo Ciudadano, el uso de VTV como herramienta política por parte del gobierno aumenta en momentos importantes para el proyecto político de Nicolás Maduro. Las cifras completas pueden leerse en www.monitoreociudadano.org  o la cuenta en Twitter @cadenometro

Al igual como las cadenas, Maduro ha utilizado los medios de comunicación del Estado de una manera impresionante, especialmente en épocas cruciales para la promoción del chavismo y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Superando el promedio de los primeros 6 meses de 2014 de 61 minutos cada día, se presentó contenido político en Venezolana de Televisión (VTV) 100 minutos cada día durante la campaña para las elecciones municipales del 8 de diciembre de 2013 y 7 horas cada día en la campaña para las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013.

Además de la cantidad de horas y minutos, el costo comercial de estas transmisiones por VTV también es alto. De acuerdo con el valor publicitario equivalente calculado por Monitoreo Ciudadano, las 103 transmisiones de VTV de 2014 representan al menos 113 millones de bolívares fuertes (17,1 millones de dólares a la tasa de cambio oficial). Maduro maneja VTV como su canal de televisión.

@infocracia