Por una Venezuela libre de mordaza

Por una Venezuela libre de mordaza

EN DEMOCRACIA SE ABREN MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN DICTADURA SE CIERRAN
Hace ya varias semanas el país es objeto de una furiosa agresión gubernamental contra elementos esenciales para la vida democrática, consagrados en nuestra constitución, que tiene como fin imponer a la fuerza su proyecto de socialismo del siglo XXI, ya rechazado por el pueblo.

Al discutir y comenzar a aprobar el paquete de leyes, que comprenden la ley de educación, la de la propiedad, la ley de delitos mediáticos y la recién aprobada ley de procesos electorales, el gobierno ignora la voluntad del pueblo, violentando la constitución, y pretendiendo con ello controlar a una sociedad mediante la intimidación y la imposición de una ideología.

En tiempos de cólera

En tiempos de cólera

Heinz Sonntag

La cólera no se refiere a lo que nos infligen las medidas del régimen a quienes nos mantenemos en la alternativa democrática. Hace referencia a lo que al «führer» se le ocurre para imponer definitiva y eternamente el «socialismo del siglo XXI» (su proyecto personal) y, con ello, su permanencia infinita en el poder. Él está bravo porque siente (y se entera por las encuestas) que sus súbditos (antes ciudadanos de la mal llamada IV República) se concientizan cada vez más de que el único culpable de los desastres internos y externos y la anomia de nuestra sociedad es él mismo, Hugo Chávez. En consecuencia, lanza todo tipo de perversiones leguleyas y «medidas políticas» para lograr el control absoluto de todos nosotros, miembros de la sociedad, tanto en lo individual como en lo colectivo.

El Observatorio Hannah Arendt ante la nueva burla a la justicia en Venezuela

Publicado en abril de 2009
El Observatorio Hannah Arendt, ONG auspiciada por las Universidades Central de Venezuela, Simon Bolívar y Católica Andrés Bello, denuncia la barbaridad cometida contra los procesados por los hechos del 11 de abril de 2002 al condenarlos, en flagrante desdén por las evidencias y elementos probatorios presentados en su defensa, a las máximas penas. Tal condena, a todas luces previamente arreglada, pisotea los derechos humanos y la dignidad humana de imputados y familiares. Aunado a la tortura y la humillación a que fueron sometidos al prolongar el juicio y su reclusión en la prisión por más de cuatro años con toda suerte de argucias y trampas, pone tristemente de manifiesto que los tribunales han pasado a ser instrumento cruel para la ventilación de odios y para la retaliación política del presidente Chávez.