Ahora es el momento es el lema designado en ONU Mujeres para celebrar el Día de la Mujer 2018. Inicialmente lo asocié con el momento que viven millones de mujeres en nuestro país. Pero esa lectura inicial colmada de oscuridad y pesadumbre hizo que abriera mi sesión de Twitter y allí me encontré que era tendencia el acto realizado en la UCV: Venezuela Unida no se rinde al cual acudieron muchos venezolanos que quieren un cambio, que están trabajando por ello y exigen el restablecimiento de la institucionalidad. Allí estaban las Nubes de Calder orgullosas de ser testigo de ese magno evento.

Leo nuevamente la resolución de la mencionada organización internacional y me doy cuenta que ahora es el momento de buscar en nuestro interior toda la fortaleza que poseemos y el poder que tenemos como mujeres, para influir en el cambio de actitud y motivar a trabajar por un sistema democrático con plenas garantías, que nos garantice las condiciones para ejercer el rol de madre, profesional y mujer sin ninguna limitación. Donde sólo las normas de convivencia sean las fronteras para que nosotras aportemos nuestro grano de arena en la reconstrucción de este país.

Ahora es el momento de hacer un reconocimiento a esas heroínas anónimas que día a día luchan contra este sistema perverso pero que no desfallecen. A esas jóvenes con escasos recursos que para lograr una mediana educación técnica en una institución pública tienen que someterse a largas colas para obtener el carnet de la patria. Lograr ingresar es un logro. Ellas van por el cambio.

A medida que reflexiono sobre la conmemoración del Día de la Mujer me siento orgullosa tanto de las venezolanas talentosas que han tomado como bandera contribuir a lograr el cambio de una manera valiente desde distintas tribunas, como de esas guerreras que están dispuestas a todo por alcanzar las condiciones básicas de bienestar para su familia, de esas líderes que por su forma de pensar se encuentran privadas de libertad. A todas ellas debemos recordarlas cada vez que la desesperanza nos invade y hacernos un plan de acción de cómo podemos contribuir al cambio en nuestro edificio, en nuestra calle, en nuestra comunidad.

Las mujeres en Venezuela tenemos motivos y la obligación de celebrar este día, porque lo merecemos.

Ninoska González F.
Comunicaciones- Observatorio Hannah Arendt