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Luciana Vega

¿Que pensar en un País donde la forma de protesta es lanzar desde un segundo piso a alguien que solo esta haciendo su trabajo?

Hoy, el nombre de Alejandro Ledo encabeza las tendencias en Twitter por haber sido víctima de la violencia institucionalizada que azota nuestro país, como si no nos bastará con los altos indices de delincuencia que el Ministro Gonzalez Lopez nos “JURA” están descendiendo (aunque 1315 muertos ingresados a la morgue de Bello Monte en el primer trimestre del año, nos indiquen lo contrario) Los venezolanos debemos soportar estoicamente todos aquellos actos de violencia y barbarie provenientes de los organismos de seguridad del Estado y sus grupos aliados, quienes impunemente violan a mansalva la integridad física y hasta la vida de los venezolanos.

La ferocidad con la que actuan estos grupos, pareciera provenir de un discurso que va mas allá de lo que el pais tiene más de 15 años escuchando; es que ante semejante acto de salvajismo, las expresiones “Hay que freirles la cabeza” “No quedara piedra sobre piedra” suenan como simples metáforas pronunciadas en medio de la efervescencia de un mitin politico.

Casos como el de Alejandro Ledo, van mas allá, nos demuestran que para ellos, el adversario paso a ser enemigo, alguien a quien hay que eliminar y quien no inspira ningun tipo de consideracion ya que ha sido negado como sujeto, despojado de su condición de persona. Casos de este tipo abundan. el año pasado el pais fue testigo de como salvajemente una GNB golpeaba con un casco a Marvinia Jimenez, o como un funcionario de este mismo cuerpo le descargó un cartucho de perdigones en la cara a la joven Geraldine Moreno, son casos que van más allá de los limites de lo racional, que nos llevan a preguntarnos, ¿Cual ha sido el adoctrinamiento que le han dado a estas personas para llevarlos a perder su condicion humana y actuar de una forma contraria a todo principio moral y etico?

Aunque toda la propaganda gubernamental nos hable de amor e inclusion, casos como el de Alejandro Ledo nos demuestran que en Venezuela actualmente, el ODIO es politica de Estado.

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