Roberto Briceño-León

Cuando hace unos meses nuestro apreciado amigo y hoy Secretario de la UCV, Amalio Belmonte, me propuso que participara en el acto de homenaje a Alfredo Chacón y Heinz R. Sonntag, me sentí doblemente regocijado.

En primer lugar,  por la belleza del acto de reconocimiento, de homenaje merecido a unos colegas ilustres, que es tan poco común, diría más bien, escaso, en nuestro medio. Y, en segundo lugar, porque me pedía que hiciera en este evento una semblanza personal de Heinz R. Sonntag, una de las figuras claves de la sociología venezolana.

Así que voy a presentarles exactamente lo que me han pedido, una semblanza personal, con mis propias anécdotas e historias, sobre lo que es mi manera de ver es una obra de vida por la sociología de Venezuela y lo que han sido mis vivencias a su lado, como alumno, colega y amigo.

Entiendo que algunos de ustedes, por su dilatada vinculación con Heinz,  pudieran agregar mucho más recuerdos y muchas más páginas a este homenaje, quizá con mayor propiedad que la mía.

Quisiera referirme a cinco dimensiones de la obra sociológica de Heinz Sonntag en estos minutos de recuerdo y cariño, y dejarles con ello algunos mensajes que me atrevo a sacar de su vida, es decir, de lo que se ha hecho, y no solo de lo que ha dicho, pues sabemos de la distancia que separa las muchas cosas se dicen, y  las pocas o distintas que se hacen en este mundo cambiante.

En primer lugar, su actividad como profesor, como docente de nuestra universidad.

En segundo lugar, su esfuerzo por la construcción institucional universitaria

En tercer lugar, su esfuerzo por la internacionalización de la sociología venezolana

En cuarto lugar, su crítica vinculación con la política, y, finalmente,

En quinto lugar, Su venezolanidad.

Veamos.

Heinz fue ante todo un profesor, un docente formador de mentes, y eso puedo constarlo desde el inicio de su labor en esta universidad, pues fui de sus primeros alumnos.

Mis inicios en la sociología estuvieron ligados a las dos figuras que hoy nos reúnen en este evento. Cuando ingresé a estudiar sociología, en lo que ha sido la más grande cohorte de estudiantes, éramos más de 400 cientos, Alfredo Chacón era director de la escuela de Sociología y Antropología y a los pocos meses llegó Heinz Sonntag a dictar clases a los alumnos del primer año. Desde hace entonces y por casi cuatro décadas, Heinz fue profesor de estudiantes de pre-grado y postgrado, fue tutor de tesis de grado, maestría y doctorado. Como profesor,Heinz propicio y permitió el encuentro con un marxismo crítico, con una sociología que intentaba pensarse desde múltiples lugares, sin provincianismos; con criticidad, sin abandonar el rigor de los cánones académicos que había aprendido en su formación inicial en la Universidad de Münster.

Recuerdo con claridad el primer día de clase. Estábamos en una de las aulas grandes del primer piso de la vieja escuela, éramos más de cien estudiantes agolpados en las sillas y ventanas, pues quienes llegaban tarde no encontraba lugar donde sentarse. Heinz llegó y tomó un pupitre para sentarse frente a nosotros, renunciaba así al privilegio de latarima de madera, esa suerte de pedestal que abrigaba la pizarra y el escritorio del profesor, y se acercaba igualitario a los estudiantes.

Yo estaba sentada en las primeras filas y le escuchaba como hablaba con un lenguaje gutural y pausado, buscando las ideas que deseaba comunicar y, quizá, las palabras adecuadas en castellano.  Cuando desplegó su cuaderno de notas, aprovecho para sacar un cigarrillo de tabaco negro, que comenzó a acariciar, como amasándolo y estirándolo sucesivamente. En ese tiempo, los códigos de conducta permitían que los profesores y alumnos fumaran en los salones de clase. Recuerdo que la clase avanzaba con grandes reflexiones sobre la filosofía del conocimiento, la interminable polémica entre materialismo e idealismo…y el profesor no encendía el cigarro, se lo pasaba de una mano a otra. Volvía sobre la transformación que había hecho Marx de la filosofía de Hegel,lo que los nuevos y de moda filósofos franceses llamaban poner boca abajo al viejo Marx… pero no terminaba de encender el cigarro. Habían pasado más de 20 minutos y el cigarro seguía pasándose, con un leve temblor de una mano a la otra, y a esa alturas el salón entero estaba más pendiente del cigarro que de Marx, Hegel o Althusser, y todos rogábamos que por favor terminase de prender y fumarse el bendito cigarro.  Lo cual no ocurrió sino hasta el final de la charla. Ese fue mi primer encuentro con Heinz Sonntag.

Treinta años después de su llegada la escuela, los estudiantes de sociología lo seguían apreciando y queriendo y lo hacían padrino de su promoción.

La segunda faceta que quisiera destacar es la de constructor de instituciones

En esos años Heinz había propuesto una modificación en el sistema de educación universitaria y había escrito con Héctor Silva Michelena dos libros, uno sobre la revolución universitaria y otro sobre Universidad y Dependencia[1]. Se tenían los ecos del mayo francés y en la escuela de sociología se había iniciado la renovación universitaria. Con los años Heinz fue adaptando sus ideas y procuró llevarlas a cabo en sus incursiones en la gerencia universitaria, en particular en la dirección de esa notable institución de nuestra universidad que es el CENDES.  En tiempos de José Agustín Silva Michelena fue coordinador de investigación y luego en tres oportunidades fue electo y ejerció como su director, dándole un impulso, una vitalidad y una conexión nacional e internacional de gran valor.

Y esa es la tercera faceta que quisiera destacar, Heinz conectó a la sociología venezolana con la sociología mundial, con las ciencias sociales de América Latina, de Europa y Estados Unidos. Heinz fue uno de los artífices de la recuperación de CLACSO y de su  rescate del acoso de las dictaduras del Cono Sur, apoyo sus actividades, nos impulsó a muchos otros centros, como el nuestro, LACSO, a que nos afiliáramos e hiciéramos de su actividad una expresión de pluralismo y discusión abierta, algo muy distinto a ese CLACSO, adinerado y sumiso que hoy tenemos, tan complaciente y meloso con las dictaduras si estás dicen ser de izquierda.

Heinz fue además un baluarte fundamental en el fortalecimiento de ALAS y de la incorporación de Venezuela activamente a sus actividades. En Venezuela se han celebrado dos congreso de ALAS, uno en 1961, que presidió Rafael Caldera; y otro en 1993, que promovió y presidió Heinz Sonntag. Recuerdo que nos convocó a un grupo de colegas: Edgardo Lander, AndrésSerbín, Marisela Padrón y a mí mismo, para que trabajáramos en su organización.  Nos reuníamos en su casa de las Acacias, fueron para su familia tiempos difíciles, ya que por esos meses se agravóla enfermedad de su querido hijo. Sin embargo, la organización no se detuvo, algunas veces, para no retrasar el trabajo, nos reunimos en el pequeño café frente a la clínica.

El Congreso se organizó y fue un éxito completo. Sin embargo, las dificultades no cesaron. Como se trataba de un evento que discutiría las políticas de reforma neoliberales, se pensó que lo adecuado era escuchar todas las voces y opiniones, y se invitó a personas vinculadas al Banco Mundial y otros organismos internacionales.

¿El Banco Mundial?¡Oh, Pecado!

Al iniciarse el congreso, la delegación cubana empezó a presionar para que se les retirara del programa.  Conspiraron, amenazaron, y Heinz resistió. Estaba molesto y descompuesto, pero resistió a nombre del pluralismo y de la libertad. Propuso cambiar la forma de elección de las autoridades y la membrecía de ALAS, para democratizarla y quitarle su carácter de grupito y camarilla, lo logró parcialmente y fue nombrado el único presidente de ALAS que tenido Venezuela.

Igualmente apoyó y fortaleció la vinculación con Asociación Internacional de Sociología. En 1994 yo estaba de candidato a la junta directiva de la Asociación, el congreso y las elecciones tendrían lugar en Bielefeld, Alemania. Un día recibí una llamada de Heinz, quería decirme que estaba haciendo de puente, pues lo había contactado Immanuel Wallerstein, quien era a su vez candidato a Presidente de la ISA, quien quería que hiciéramos una alianza para fomentar cambios y dar más oportunidades de participación a los sociólogos del sur. Así lo hicimos y ambos quedamos electos.  Allí iniciamos un amplio programa para mostrar la diversidad de la sociología en el mundo. Logramos que las dos revistas venezolanas de sociología fueran reconocidas por la ISA y que el español fuera idioma oficial, organizamos seminarios con lo mejor de las más diversas corrientes, y de allí surgieron los únicos libros que Heinz y yo editamos juntos y que fueron impresos en Montreal y en Caracas[2].

El cuarto rasgo que quisiera destacar es la vinculación crítica de Heinz con la política. Un nexo que no rechaza, sino se aproxima de manera crítica al poder y reflexiona sobre lo que se hace sin perder autonomía. Desde su tesis doctoral, donde sostenía polémicamente que Engels y Lenin había deformado y hasta traicionado el pensamiento de Marx[3], hasta su reciente participación en la oposición venezolana, pasando por una fructífera relación con otros gobiernos, como el de Rafael Caldera en Venezuela o el de Fernando Henrique Cardozo en Brasil, la política ha estado en el centro de su actividad y su vida.  Permítanme contarles una anécdota, durante algunos años y por azar, Heinz y yo habitamos en un mismo edificio, por ese entonces yo estaba en la Dirección Nacional del MIR, junto con dos queridos colegas y amigos, Rigoberto Lanz y Alfredo Caraballo. Una noche llegó la DISIP, la policía política, con una orden de allanamiento de mi casa. Como estaba solo, de una manera extraña solicitaron la presencia de un testigo, de un vecino, para verificar que todo había sido hecho correctamente. Llame a Heinz, quien me acompañó en aquel aprieto mientras los Disiprevisaban libros y papeles, que era prácticamente lo único que había en el apartamento. No encontraron nada de lo que buscaban, luego, al parecer, se dieron cuenta que había sido un error y una confusión de homónimos y se fueron. Años después, en el 2007, cuando recorrimos juntos el país dictando conferencias para explicar los alcances y oponernos a la Reforma Constitucional, y luego, en la gestación de la idea del Observatorio HannaArendt, nos recordamos de estos eventos y concluíamos que los totalitarismos pueden tener muchos colores e ideologías

En todos esos trances Heinz se hizo venezolano, y por eso hoy lo homenajeamos con aprecio y cariño. Pues a pesar del habla gruesa que todavía conserva, es más venezolano que muchos de nosotros, pues como resalto en una oportunidad Fernando Henrique Cardozo, la venezolanidad no se le dio de gratis y por añadidura, sino que fue el producto de una decisión personal y costosa, ya que en ese momento debía renunciar a la nacionalidad alemana.

En su venezolanidad, en su lucha presente por defender la democracia y enfrentar el militarismo, quisiera rescatar la permanencia de los mismos valores que lo trajeron a estas tierras.

Los nombres han cambiado, las circunstancias son distintas, pero los ideales por defender la libertad, la autonomía del pensamiento y crítica, la búsqueda de la inclusión social y la solidaridad, siguen siendo las mismas.

Hoy en día,  muchos de los antiguos incendiarios de esta universidad se convirtieron en bomberos; muchos de los antiguos libertarios, se convirtieron en verdugos; y otros vendieron la dignidad por un plato de lentejas verdes. Frente a ellos, y a pesar de su edad y del bastón que lo acompaña, Heinz sigue siendo hoy el símbolo del pensamiento y la sociología crítica de esta universidad.

Caracas, febrero 2015

Hei


[1] Silva Michelena, H. Y H.R. Sonntag,Proposición para una Revolución Universitaria, Caracas, Unidad Rebelde, 1969. Silva Michelena, H. Y H.R. Sonntag, Universidad, Dependencia y Revolución, México, Siglo XXI, 1976.

[2]Briceño-León, R y H.R. Sonntag Sociology in LatinAmerica, Montreal,ISA, 1998.  Briceño-León, R y H.R. Sonntag, Pueblo, Época y Desarrollo: La Sociología de América Latina, Caracas, Nueva Sociedad, 1998. Wallerstein, I., Briceño-León, R y H.R. Sonntag,  El Legado de la Sociología, La Promesa de la Ciencia Social, Caracas, Nueva Sociedad, 1999.

[3]Sonntag,H.R.  Marx y Lenin: Acerca de la Sociología de la Revolución, Caracas, EBUCV, 1974