Por VENAMÉRICA

Una educación para un futuro cercano que permita lograr las metas, necesita que las aulas se conviertan en un entorno físico amable, diseñado para facilitar los procesos de aprendizaje

Por Profesora Cecilia Vicentíni

Hay estudiosos que se han mantenido investigando el estado de la educación en Venezuela, en coordinación con el Plan País, que se elabora bajo los programas del gobierno interino del presidente Juan Guaidó Márquez, uno de ellos es Luis Bravo Jáuregui, quien invitado por VenAmérica, estará presentando, el próximo 1 de Octubre en Urbe University, los resultados de sus indagaciones y estimaciones sobre la situación actual de la educación en Venezuela.

El futuro de la educación, y la educación del futuro, se decide hoy y todos los días en el entorno más importante, en el espacio donde se encuentran durante una mayor parte de los días del año, educadores y estudiantes.

Mi experiencia como educadora me permite afirmar que la educación, en cualquier país del mundo, se decide en la intimidad del aula. Quienes gestionan la educación pueden diseñar los mejores planes, sin embargo, las decisiones claves sobre el proceso educativo, el impacto que tienen los aprendizajes, ocurre en el aula, por ello, quienes diseñan y ejecutan políticas públicas educativas necesitan conocer lo que ocurre allí, acercarse y conocer a los actores claves del proceso educativo, interactuar con estos e incluir esa información al momento de crear nuevos planes.

Es usual diseñar planes educativos concentrando las prioridades en la expansión del alcance y la cobertura de la educación, así como dotar las aulas. Se diseñan currículos y se “entrena” a los educadores con metodologías para que pueda tener lugar el aprendizaje. Lo que ha estado faltando es la inclusión de estrategias de actualización, de fortalecimiento y desarrollo de sus capacidades, no solo como docentes sino como personas, para que puedan abordar el mundo, donde lo seguro es el cambio permanente. Por ello, la meta de las actividades que ocurren en el aula necesita concentrarse, más que en contenidos, en que los estudiantes aprendan a aprender, con rutinas que tengan significado, sean motivadoras e inviten al descubrimiento individual y grupal.

Lo expresado hasta ahora es ideal para un país que funciona de manera regular, pero cuando un país está en crisis, como ocurre en Venezuela hoy día, un plan educativo necesita trascender los aprendizajes y convertirse en educación para vivir, y hasta para sobrevivir. Una educación para un futuro cercano que permita lograr las metas, necesita que las aulas se conviertan en un entorno físico amable, diseñado para facilitar los procesos de aprendizaje, solo así se podrán lograr resultados que coloquen al país en posiciones de importancia en el contexto educativo regional.

Es imposible escribir sobre la educación venezolana y no reconocer el valor del docente que diariamente se deja afectar por la situación de los estudiantes, por quienes continúan asistiendo y quienes asisten en medio de las dificultades, que sigue, en la medida de sus posibilidades, proveyendo un entorno lo más seguro posible, para que ellos aprendan y que, con escasos o inexistentes recursos, continua explicando los temas y cumpliendo los objetivos fijados.

Diseñar políticas públicas para una Venezuela del futuro, en estos momentos, no es una tarea fácil. Quienes hemos transitado por las aulas, y aspiramos realizar aportes, necesitamos comenzar conociendo quien está en las aulas, y cómo está, por eso es necesario, cuando se trate de planificar y tomar decisiones, conocer el momento en que se encuentra la educación venezolana.

Estamos seguros que la presentación del profesor LUIS BRAVO JAUREGUI PhD, en el encuentro que convocamos será altamente ilustrativo y provechoso para quienes nos encontramos en diferentes lugares en el mundo, queriendo aportar a la construcción de nuestro país.

La autora forma parte del sector Educación VenAmérica
cvicentini.cecilia@gmail.com
https://www.diariolasamericas.com/opinion 23 de septiembre de 2019