“Escritor y a la vez pintor. Apasionado del cine y a la vez de las artes plásticas. Analista del arte popular y a la vez del llamado arte culto. Polémico y a la vez mediador. Locuaz y a la vez reservado. Asertivo, valiente y a la vez respetuoso con las ideas ajenas. De blanca cabellera alcanzada con la edad y, a la vez de juvenil vehemencia para defender sus convicciones” María Elena Ramos. Laberintos, 2011. Fundación BBVA

Perán Erminy nos dejó el pasado 06 de marzo. Según Wikipedia, su verdadero nombre era Pedro Antonio. En su batalla con la enfermedad que le aquejaba, y dada las carencias de medicamentos en el país, pudo ser testigo de la gran manifestación de apoyo que le otorgaron sus numerosos amigos, alumnos e algunas instituciones que conocían  la magnífica labor que desarrolló en favor  del quehacer artístico y el respeto por  las artes y por lo tanto merecía un espaldarazo

Fue uno de los fundadores de la Asociación Internacional de Críticos de Arte de Venezuela (AICA), de la Asociación de Críticos Cinematográficos (ACC), y de la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP).  Entre  su larga trayectoria figura su rol como creador. En la última exposición que le organizara la Fundación BBVVA en 2011, se pudo  apreciar el trabajo de este artista  que quizás muchos lo  conocían más como crítico, escritor y docente que como artista plástico.

Estuvo junto a Los Disidentes en los años 50, enfrentándose a un Círculo de Bellas Artes demasiado conservador para el gusto de las nuevas generaciones. Participó en  El Techo de la Ballena en los 60, grupo vanguardista que en su momento fue muy polémico. Siempre fue un crítico muy severo a las distintas políticas culturales gubernamentales que  se han puesto en práctica en el país.

Carlos  Egaña, en la entrevista que le realizó para Prodavinci en 2015 explica que  Perán Erminy,a su regreso a Venezuela, luego de una larga estancia en Francia donde estudió y  organizó entre otras actividades, la primera exposición de Arte Latinoamericano en el Museo de Arte Moderno de París   “se dedica a la creación plástica y literaria, a las artes escénicas, al periodismo, a la crítica de arte, de cine y de arquitectura, a la docencia en materias artísticas y culturales, a la investigación y al activismo político cultural. Rechaza participar en salones y confrontaciones por considerar que es un modelo perverso de desarrollo cultural. Aleja su obra de lo público al no conciliar ser crítico y pintor, exponiendo sólo esporádicamente y colectivas de forma anónima y muestras con fines benéficos. Su trabajo se torna personal, íntimo y, replegado en sí mismo, sigue trabajando en silencio”

Se le conoció también por su dedicación a  investigar y divulgar el arte popular venezolano. Es  memorable  toda esa indagación que realizó por el territorio nacional. Casi toda esa labor la registró en algunas publicaciones como Pintores populares de Caracas, Confluencias. Exposición por la guerra en Bosnia y Herzegovina, Museo de Arte Popular de Petare y Galería de Arte Contemporáneo Tito Salas. Discontinuidades y problemas en el arte popular venezolano. Otros temas del arte fueron tratados por este maestro  de manera clara y frontal como  Los esclarecedores demonios del extravío. La confusión y el derrumbe de los términos, en Venezuela: tradición de la modernidad. Recuperar la vigencia del alma”, entrevista de Edda Armas. Revista Bigott. edición especial, Nº 51-52, Oct. 1999.

Era habitual para quienes visitamos los espacios donde se lleva a cabo  el quehacer cultural: conciertos, exposiciones de arte, y cine foros, encontrarse con el maestro Erminy. Un personaje discreto y amable, siempre acompañado de su compañera Marisa Iturriza.