De esta manera el avance de los Derechos Humanos, el desarrollo masivo de las comunicaciones, los procesos de urbanización acelerada de las poblaciones, las interconexiones tecnológicas, entre otras variables de impacto, han modificado y modifican constantemente, las relaciones sociales y han desplazado los conceptos de representatividad social y política, cada día más relegados y superados por nuevos esquemas de redes horizontales de comunicaciones y transacciones sociales, culturales, económicas y políticas, hoy más que nunca imbricadas de manera indisoluble.
En este proceso de sustitución en el cual los marcos regulatorios y de referencia se desvanecen, se cuelan nuevas modalidades de dominación y de control, una de cuyas muestras por excelencia es la dominación y el control cultural.