Con ocasión del Día Nacional del Periodista, desde el Observatorio Hannah Arendt, enviamos un caluroso saludo a todos los periodistas y comunicadores sociales de Venezuela, en momentos en que diversas realidades definen dramáticamente la situación del país y, en contextos históricos que nos convocan como sociedad plural y unida a actuar. En estos tiempos aciagos, se “conmemora” el bicentenario de la Batalla de Carabobo, acción que sella la gesta independentista y da inicio a un tortuoso camino en pos de constituir la nueva República, como ámbito en el cual la incipiente sociedad venezolana desarrollase los atributos de libertad y ciudadanía. Desafortunadamente, otros elementos acuden a definir y caracterizar un momento del cual debemos ser conscientes, que no es otro que la ejecución del proceso de desmantelamiento y disolución de la Nación. Ya no es un proyecto de disolución, es una realidad ejecutada. La destrucción por diseño abarca todos, absolutamente todos los componentes de la vida nacional, baste señalar la pérdida de la independencia y de la capacidad de acción política y social. Venezuela es territorio arrasado, ocupado, depauperado y entregado a potencias extranjeras, todo ello a cambio de la permanencia en el ejercicio del dominio de una élite pseudo revolucionaria incapaz, sibarita y corrupta.

Desde los inicios de esta catástrofe nacional, el régimen ha tenido en la mira al gremio de periodistas y comunicadores sociales creyentes y en ejercicio de los atributos que definen responsablemente su actuar. Ha sido permanente la persecución, el acoso, la criminalización de la opinión y el ejercicio de la labor periodística, desde lo personal a lo institucional; lo que conlleva sin lugar a dudas, una permanente conculcación de los componentes que representan la libertad de expresión, derecho humano fundamental que determina e identifica a las sociedades libres y abiertas de hoy. Los periodistas y comunicadores venezolanos, practicantes de la democracia y el ejercicio ciudadano responsable, han padecido y padecen en carne propia la satrapía del régimen. Pero ello no ha hecho mella en su labor y han dado muestras y ejemplos admirables de ética, honorabilidad, valentía y capacidad de respuesta y responsabilidad para con los destinos de la Nación.

La Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana, recientemente (23Jun21) ha enviado un clarificador y conmovedor mensaje al pueblo de Venezuela, reconociendo por finalizada una etapa trágica: la destrucción efectiva de la Nación; convocando a la esperanza y al futuro, y planteando de manera conmovedora, la “urgente necesidad de «REFUNDAR LA NACIÓN«. En ese trabajo titánico al que se nos convoca y que debemos iniciar perentoriamente como sociedad unida, los periodistas y comunicadores sociales venezolanos están llamados a desempeñar un rol estelar, de aporte, denuncia, investigación, análisis y orientación de la sociedad venezolana y sus liderazgos, rol que han sabido cumplir y por el cual han sido perseguidos y torturados. Todos ahora, debemos allanar el camino para cumplir la misión que debe soportar la construcción de la historia: el rescate de Venezuela y la refundación de la Nación.

Desde el Observatorio Hannah Arendt, reconocemos en los hermanos periodistas y comunicadores sociales, el modelo de acción que, en buena medida, orientará el curso que definirá los destinos, el futuro; gracias a su incansable y valiente cumplimiento de las responsabilidades devenidas de su fundamental rol en medio de las sociedades. Es por ello que, la conmemoración en 2021 del Día del Periodista adquiere una significativa y relevante importancia, y en razón de esa realidad los saludamos y agradecemos por el cumplimiento de su rol como garantes concurrentes de la libertad y la democracia en nuestra Tierra de Gracia.

Alejandro Oropeza G.
Director General