61,5% del contenido se dedica al período que va desde 1998 al presente y exalta la figura del Presidente

Maru Morales
mmoralesp@el-nacional.com

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Una visión parcializada de la historia a favor del actual Presidente ofrece el texto escolar oficial de Ciencias Sociales para sexto grado de educación básica titulado Venezuela y su gente. Tulio Ramírez, coordinador del doctorado en Educación de la Universidad Central de Venezuela, realizó un análisis detallado de los capítulos que estudian la historia contemporánea ­desde 1958 hasta el presente­ y concluyó que existe un claro desbalance cualitativo y cuantitativo en el tratamiento de los períodos presidenciales.

Ramírez, educador, abogado y sociólogo, destacó que mientras los gobiernos del período democrático (19581998) son desvirtuados y calificados como marionetas de Estados Unidos ­bien sea a través de expresiones peyorativas o caricaturas­ el mandato de Hugo Chávez es exaltado con el uso de imágenes fotográficas y expresiones cargadas de ideología.

«El texto destaca lo negativo de los períodos previos a Chávez mientras que los aspectos positivos se colocan fuera del texto principal en recuadros muy pequeños y se circunscriben casi exclusivamente a la construcción de obras de infraestructura», dijo.

El investigador, que ha publicado análisis de contenido de libros educativos en 2004 y 2007 (El texto escolar en el ojo del huracán: cuatro estudios sobre textos escolares venezolanos y Del control estatal al libre mercado. Políticas Públicas y textos escolares en Venezuela) subrayó que existe una clara intención de cambiar el relato de los hechos y su percepción. «Por ejemplo, la lucha armada de los años sesenta se destaca como una rebelión justa y heroica de jóvenes idealistas, reprimida por gobiernos capitalistas; el secuestro de Di Stéfano, el Porteñazo y el Carupanazo se consideran acciones heroicas», indicó.

Cuba no nos invadió. Del estudio, titulado Jugando con dados cargados, se desprende que 61,5% del contenido de la sección dedicada a los gobiernos desde 1958 hasta el presente está orientado al período de Chávez, mientras el 38,5% restante se divide entre los 9 gobiernos anteriores. «De un total de 46,5 páginas, 20 hablan del estudio de 9 presidencias y 26,5 al período de Chávez con capítulos relacionados con su gestión de gobierno y críticas a la llamada cuarta república», indicó. Ramírez precisó que si bien el orden de los capítulos se estructura cronológicamente, entre la presidencia de Jaime Lusinchi y el segundo período de Carlos Andrés Pérez se intercala un capítulo en el que denuesta del Pacto de Puntofijo.

Entre los capítulos dirigidos a exaltar al actual jefe del Estado destacan las referencias a los golpes militares del año 1992. El texto omite hechos históricos como la invasión de Cuba a Venezuela y la masacre de El Encanto, a los cuales no hay ninguna referencia.

Los hechos ocurridos desde 1998 hasta el presente son enseñados con una óptica ideológica. La crisis política de abril de 2002 es mostrada como un golpe de derecha orquestado desde Estados Unidos, al tiempo que no se menciona la participación por ejemplo de los pistoleros oficialistas de puente Llaguno.
Algunos de los títulos de los capítulos de esta sección del libro son «Chávez un Presidente con un nuevo estilo para gobernar»; «Por ahora», dedicado al golpe de 1992 y «El ocaso del bipartidismo», dirigido a criticar el Pacto de Puntofijo. Los logros de la revolución bolivariana son narrados en tono casi épico y giran en torno a las reivindicaciones sociales.

Un padre colectivo. A juicio de Tulio Ramírez, el impacto de una enseñanza dirigida y desbalanceada no es fácil de predecir a corto y mediano plazo; no obstante, recordó que se trata de una estrategia utilizada a lo largo del siglo XX por regímenes autócratas y autoritarios de derecha o izquierda, con la intención de formar generaciones futuras bajo el imperio de un pensamiento que garantice la continuidad y reproducción del régimen.

A largo plazo, en cambio, los efectos son más visibles: «En 2001 fui a un congreso de educación en Cuba y tuve la oportunidad de visitar una escuela invitado por un maestro amigo. Cuando pregunté a los niños qué era Fidel para ellos, una pequeña de 11 años se puso de pie y me contestó con una sonrisa: `Fidel es nuestro padre’. Desde los años sesenta en ese país no hay posibilidad de estudiar con textos diferentes a los elaborados y distribuidos por el Gobierno».

En esa línea recordó que el Plan de Desarrollo Económico y Social 2009-2013, también llamado Primer Plan Socialista, establece como uno de los pilares para sustentar el modelo socialista el desarrollo de una ética socialista. «Esta ética se fomentaría a través de dos medios: los medios de comunicación y la educación. De allí que los altos funcionarios del Gobierno hayan insistido de manera permanente sobre la importancia de lograr la hegemonía comunicacional para así lograr la hegemonía cultural, que no es otra cosa que imponer el pensamiento del régimen, coartando toda posibilidad de voces disidentes».

Maru Morales
mmoralesp@el-nacional.com

El Nacional  27 de Noviembre de 2011