tiananmen-tanque“…era, a todos los efectos, un ejemplar de catálogo del Hombre Nuevo supurado por la realidad del medio ambiente: ajeno a la política, adicto al disfrute ostentoso de la vida, portador de una moral utilitaria”.

Leonardo Padura, en “Herejes”, 2013.


ALEJANDRO OROPEZA G.


Sinceramente, lo debo confesar, no dejó de sorprenderme encontrar, a propósito de la visita oficial del Presidente de la República Popular de China Sr. Xi Jinping, en el trayecto de Maiquetía a Caracas afiches alusivos a dicha visita y la ya tradicional pinturita amarilla en los bordes de los brocales, como si la señalada pinturita amarilla no fuese una señalización a conductores, sino un adornito que queda muy bonito para que los jefes de Estado que nos visitan vean lo pulcra y ordenada que es la capital de la revolución. Pero, lo que más me llamó la atención fue un afiche en el cual al pie de la foto del fallecido presidente Hugo Chávez se leía: “Comandante Supremo de la Revolución”. Y me vinieron a la mente tres detallazos, a saber: 1. la extraordinaria biografía de Mao, de Jung Chang y Jon Hallyday: “Mao. La historia desconocida”; 2. la foto del fallecido líder chino en la Plaza de Tiananmen; y 3. los sucesos de 1989 en la dicha Plaza que culminaron en una masacre el 4 de junio de ese año, es decir, 25 años atrás de la visita del ilustre huésped.

Si algo añoran (y persiguen)con afán y encono los responsables, conductores y líderes de los movimientos políticos que aspiran el control social a través del ejercicio del poder es estimular, crear y oficiar en la “masa”, en la que se diluye el ciudadano, un culto a una persona, a un líder conductor infalible y sacrificado-inmolado en beneficio de todos ¿Hará falta recordar lo propio en los regímenes de Hitler, Stalin, Mussolini y Mao? ¿Será necesario traer y siempre traer la realidad en la que culminaron los tres primeros regímenes? La derrota y división del III Reich, el último acto de la URSS en 1989, el asesinato del Duce en Milán. Sí, pero, ¿Y Mao? No, él murió en el sacrificado ejercicio del poder entregado a su pueblo; si bien ya no con las riendas totales del Estado en sus manos, pero síya cargando con algunas de las consecuencias de su ejercicio, por ejemplo: los 40 millones de muertos que generó la “Gran Hambruna” o, la gran cantidad de asesinatos y perseguidos y represión brutal que produjo la gloriosa “Revolución Cultural” y el también glorioso “Gran Salto Adelante”.

Entonces, me pregunté: ¿Qué tiene que ver Mao con la realidad actual de la República Popular China (RPCH)? ¿Dónde están los ideales y dogmas macroeconómicos que soportaron la creación de la RPCH en 1949? ¿Es China hoy día un Estado popular-comunista? ¿Qué herencia dejan los acontecimientos de Tiananmen de hace25 años? Esos denominados por aquella poderosa elite política china: “criminales violentos” en 1989, ¿Qué significan hoy cuando la nación asiática decide no exportar revolución comunista sino liberalismo y neoliberalismo de la más pura y occidental  destilación? ¿Qué pensar cuando se cae en cuenta que lo que obligó al establishment chino a sacar los tanques y el ejército para reprimir, fue una protesta estudiantil exigiendo apertura, libertad y democracia?

El mundo vio (y sufrió) a aquel solitario joven el 4 de junio de 1989, enfrentando a una columna de humeantes tanques de guerra en aquella plaza. Ese joven desapareció, como bien corresponde a un “criminal violento”, se llamaba Wang Weilin. Él expresó el significado de la juventud atrapada, el resguardo del futuro que se fractura al vestirse de verde los tiempos, la fractura de la esperanza cuando aparece la “masa” utilitaria, clientelar y servil arrodillada al poderoso que le entrega migajas a cambio de su condición de ciudadano. El súbdito diluido y anónimo en la masa sustituye al ciudadano responsable y consciente, así se van al traste las repúblicas.

Recientemente la revista “El Librero” (agosto/septiembre 2014), publicó un doloroso ensayo del escritor chino LiaoYiwu en el cual afirma que “El Hombre del Tanque” no era un líder estudiantil, tampoco un intelectual, nadie nunca oyó hablar de él. Nadie conoce que fue de su vida, solo se lo “llevaron”. Y todo esto pasó bajo la plácida mirada del líder máximo de la Revolución China desde aquel “retratote” en Tiananmen ¿alguna sorpresa?

Así, llega el Presidente Jinping a Caracas, a días de la violenta represión de las protestas del “Movimiento Estudiantil” venezolano. Recordemos lo que desencadena la protesta: Una violación frustrada de una estudiante en Táchira (el detonante), el reclamo de seguridad, de futuro, de país, de libertad, de democracia. La respuesta también la recordamos: la violenta represión de la protesta y la criminalización de un derecho constitucional, la imputación de los estudiantes como terroristas y su consideración, por parte del procerato revolucionario criollo, también como “criminales violentos”.Sí señor, tal cual como los chinos en 1989.

Hace ya un tiempo escuche reclamar a Aníbal Romero, airoso, que América Latina nos había dejado solos en la etapa más oscura y peligrosa de la democracia venezolana. En realidad considero que no nos ha dejado solos, eso supondría cierto nivel de indiferencia o desinterés. Creo sí que, buena parte de los regímenes de la Sub Región, se han coaligado para enterrar la democracia venezolana, para ayudar a perseguir y a reprimir a nuestros ciudadanos ¿Qué otra explicación puede tener a deportación desde Colombia de dos jóvenes venezolanosen virtud de quien sabe qué argumentos oficiales? ¿Conocen las autoridades colombianas las inmediatas consecuencias que tal acto “soberano” han tenido en y para estos jóvenes? ¡Con hermanos así! Tal acto soberano del gobierno de Colombia se “hermana” con la tesis de considerar a los manifestantes como “criminales violentos”. Sí, repito, como en la China de 1989 de Tiananmen. Dos estudiantes venezolanos ponen en peligro la seguridad del Estado de Colombia. ¡Qué arrechos son nuestros estudiantes! Bravo por ellos pues.

LiaoYiwu, cuando los tanques y la represión quebraron la resistencia en un pequeño pueblo de Sichuan, recitó su poema “Masacre”:

¡Atraviesen  sus cráneos con balas! ¡Quémenlos! Dejen fluir sus jugos. Dejen explotar sus almas. ¡Espárzanlos por los puentes con tráfico, en las torres, en los rieles! ¡Déjenlo correr por las calles! ¡Dispárenlos al cielo y hagan estrellas! ¡Las estrellas huyen! ¡Las estrellas tienen piernas que crecen y escapan! El cielo y la tierra se invierten. Toda la humanidad usa sombreros relucientes. Relucientes como cascos de acero. ¡Un ejército atacando desde la luna! ¡Dispara! ¡Bombardea! ¡Dispara! ¡Esto es maravilloso! La gente y las estrellas caen juntas. Corren juntos. No se conocen. ¡Persíganlos hacia las nubes! ¡Persíganlos hasta que la tierra se abra, disparen y disparen su carne! ¡Hagan otro hoyo en sus almas! ¡Otro hoyo para las estrellas…

Para finalizar, cabe recordar, evocar, pensar, reflexionar y rememorar cerca de los represores de hoy de por estos lares y de otras tierras y mundos; y de las honorables autoridades del Gobierno de Colombia, que aquellos estudiantes chinos de hace 25 años se hacían llamar: “ORGULLO DEL CIELO”; muy pertinente apelativo para nuestros valientes estudiantes de hoy y de siempre.

¡Hay historia! Y no olvida, entérense.