mao

Publicado en julio de 2007
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Publicado en Papel Literario
Muchas biografías se han escrito de Josef Stalin y de Mao Tse-tung, pero pocas alcanzan a registrar con tanto detalle y elocuencia los modos de operar que fueron característicos en estos dictadores, y que lograron mantenerlos en el poder hasta que murieron.

Quizás lo primero que corresponde reivindicar ante el lector ha de ser la investigación que Jung Chang y Jan Halliday hicieron para hacer posible esta biografía, Mao, la historia desconocida. Más de 300 páginas del libro están dedicadas a pasar revista por la extensísima documentación que los autores revisaron a lo largo de diez años para construir su personaje. A diferencia de tantas otras biografías de los más letales dictadores del siglo XX, esta tiene un rasgo suyo: no se limita al uso de fuentes tradicionales, sino que incorpora a centenares de entrevistas a personas que conocieron al hombre o fueron testigos de los hechos que se narran.

Las verdades que aquí se exponen a los lectores son tremendas: Mao habría sido responsable de la muerte de 70 millones de personas, siniestro balance de sus decisiones y actuaciones políticas y militares, al tiempo que con celo obsesivo se dedicaba a ocultar los crímenes, eludir sus responsabilidades y a fabricar una mitología que lo pretendió como un valiente y un estadista. Si fuese necesario decir en dos o tres líneas en qué consiste la esencia de este libro, habría que indicar que él habla de la maldad intrínseca de Mao Tse-tung, y de la manera en que él la convirtió en procedimientos para enfrentarse a sus adversarios y liquidarlos (Mao no vencía a sus oponentes sino que los eliminaba).

La documentación permite a los autores reconstruir escenas que son casi teatrales: Chang y Halliday las despliegan ante el lector con suma eficacia. Lo notable del trabajo es cómo, a medida que se avanza en el tiempo, los autores presentan nuevas perspectivas, sacan a la luz hechos que habían permanecido ocultos y, también, hacen explícitos los mecanismos invisibles de dominación que facultaron a Mao para subsumir a las personas, familias, pueblos y ciudades de la inmensa China, haciendo uso de todo tipo de recursos, en especial, los del crimen y la propaganda.

Mao, la historia desconocida tiene una actitud, que cabe describir como la de develar el mito, poner luz sobre la verdadera condición del hombre.

Algunas de las nuevas interpretaciones que arroja son significativas, como por ejemplo, lo ocurrido con la Larga Marcha, de la que Mao no habría sido su gran líder como se ha propagado hasta ahora, o el caso más infamante todavía de la guerra con Japón, donde el supuesto héroe militar ni siquiera habría participado en ninguno de sus combates.

De principio a fin el esfuerzo de los autores es notable: por una parte, logran narrar la vida del hombre insertada en el proceso social, económico y político de China, con una escritura clara y fluida. Pero nunca abandonan el temario de los procedimientos políticos y militares de Mao, que demuestran cómo la práctica de romper los límites y quebrantar la ley pueden convertirse en la garantía de permanecer en el poder por mucho tiempo.

El comisario con botas

El hombre que vive en las páginas de este libro es un pertinaz, un luchador, un afanoso que, contra todas las dificultades y expectativas que hubieran podido tejerse sobre él, especialmente hasta los 15 o 16 años de su vida, logró alcanzar el poder en la Unión Soviética, potenciar el mismo a extremos que nadie (ni siquiera Lenin) había imaginado, pero a un costo humano de tal envergadura, que ni siquiera sus propios seguidores se han atrevido a calificarlo como un éxito.

Si Mao, una historia desconocida es una biografía que pone su acento en la tensión entre el protagonista y sus adversarios (es decir, sus víctimas), la escrita por Jean-Jacques Marie se concentra en el cargado y siniestro ambiente en el que vivían Stalin y sus colaboradores. De cierto modo, se trata de una puntillosa historia, tanto del hijo del zapatero nacido en Georgia en 1878, como de ese patológico fenómeno que conocemos como estalinismo.

También Jean-Jacques Marie (como Chang y Halliday, los biógrafos de Mao) trabaja con una tesis de trasfondo: Stalin es una especie de araña infatigable que, a pesar de sus escasos talentos, no para de tejer, envolver y asfixiar a sus oponentes. En estas páginas (más de novecientas) se aborda con todo su dramatismo y horror la perversión política de Stalin, los sufrimientos que ocasionó a su pueblo. Inevitablemente la biografía tiene que pasar por las deportaciones, los campos de concentración, las razzias que los comisarios emprendían contra pueblos y ciudades enteras, así como la indescriptible criminalidad con que el dictador liquidó a millones de personas sin justificación alguna.

Jean-Jacques Marie es conocido mundialmente como uno de los más reconocidos especialistas franceses en Stalin y en la URSS. Ha dedicado su vida a investigar esa época en particular y eso se siente en cada episodio narrado: todo tiene fundamento, en cada lugar ciertos detalles ocupan un papel especialmente emblemático. Esta lectura invita a pensar en la responsabilidad del biógrafo. Marie evita que Stalin se le convierta en un personaje de ficción o en un hombre predecible. Nunca cede a la tentación de retratarle como un estereotipo o una figura por la que sólo cabe sentir animosidad. Porque también hay un Stalin persuasivo, táctico, paciente, silencioso y meditabundo que logró crear políticas eficaces y terribles, cuyo resultado fueron las tres décadas que gobernó ese vasto conglomerado humano y cultural que fue la Unión Soviética.

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