Publicado en el 2007
El observatorio / espacio anti-totalitario HANNAH ARENDT manifiesta su honda preocupación por el uso que viene haciendo el Presidente de la República de la denuncia anti-imperialista como instrumento de la lucha política interna en Venezuela y para proyectar su liderazgo en Latinoamérica. Es particularmente reprochable la pretensión de identificar a la oposición política con intereses anti-nacionales que estarían amenazando al país, estigmatizándola como “lacayos del imperialismo” y señalando que el presidente de los Estados Unidos es quien verdaderamente dirige la campaña electoral presidencial del presente año. Tal práctica evoca la de los regímenes fascistas del siglo pasado, como también del totalitarismo soviético, que señalaban como “traidores de la patria” o “enemigos del pueblo” a quienes deseaban liquidar. Una vez ubicada cualquier disidencia como expresión de intereses anti-nacionales en el imaginario colectivo, es fácil legitimar el uso de mecanismos represivos para aplastarla en nombre del Bien Común.

Es inaceptable para la convivencia democrática entre los venezolanos que la única versión oficial respecto a la altísima abstención en las elecciones para representantes parlamentarios del 4 de diciembre de 2005 sea, hasta los momentos, que ésta obedeció a una confabulación de la embajada estadounidense. Ello irrespeta y representa una burla a la población, porque escamotea la obligación de enfrentar las causas de la desconfianza en el manejo de los asuntos electorales que tanto daño hace al ejercicio del sufragio: Sólo se entendería si la intención fuese negarle salidas pacíficas, democráticas, a la natural controversia política para justificar la acción de los órganos represivos del Estado. Asimismo, es deplorable el juicio incoado, a instancias del presidente Chávez, a la ONG Súmate alegando que atenta “contra las formas republicanas de gobierno” por el sólo hecho de haber recibido recursos del National Endowment for Democracy para promover cursos de preparación para una adecuada vigilancia electoral. Por último, el señalamiento público de ciudadanos no afectos al gobierno como agentes de una conspiración imperialista para desestabilizar a la “Revolución Bolivariana” por parte de diputados oficialistas constituye la antesala para la aplicación de medidas represivas. El observatorio / espacio anti-totalitario HANNAH ARENDT quiere enfatizar su más absoluto rechazo a tales pretensiones.

Deseamos expresar, asimismo, nuestra enérgica desaprobación a la escalada de improperios con los que el Jefe de Estado venezolano se ha enfrentado a los señalamientos en su contra proferidas por autoridades gubernamentales de Estados Unidos. Este afán deliberado por antagonizar al presidente estadounidense, amén de poner en peligro una larga tradición de relaciones comerciales que ha sido mutuamente beneficiosa para ambas naciones, puede, en el peor de los casos, comprometer al país en una confrontación armada que nadie en su sano juicio desea. El alineamiento con Irán en el conflicto planteado por su programa de enriquecimiento de combustibles nucleares así como las amenazas de “cerrar las refinerías”, sin consulta, además, con los propietarios del recurso petrolero –los venezolanos- no puede entenderse sino como una provocación. Este comportamiento es tremendamente irresponsable en momentos en que se exacerban las tensiones internacionales.

Por último, preocupan los reiterados llamados a incrementar la Reserva Nacional, la Guardia Territorial y otros componentes de la FAN, como la creciente dotación de armamentos comprados en el extranjero, cuando estos esfuerzos encontrarían un uso mucho más provechoso atacando las insuficiencias de salud, empleo y asistencia social que exhibe el país. La historia muestra que la militarización de los pueblos culmina invariablemente en dictaduras que las más de las veces desembocan en confrontaciones bélicas con terribles consecuencias, alternativa ante el cual todo venezolano de mentalidad democrática debe oponerse.