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Publicado el 10 de diciembre de 2008
Heinz R. Sonntag
El Observatorio Hannah Arendt y quien escribe hemos llamado en varias ocasiones la atención sobre expresiones antisemitas en particular y xenófobas en general por parte del régimen, incluyendo de su Führer. Lo mismo han hecho el director de TALCUAL y Manuel Caballero en EL UNIVERSAL. Pero nunca tales expresiones han llegado tan lejos como el artículo de Marciano hace unos días en VEA, el periódico oficial del PSUV.

Ya el comienzo del escrito es una amenaza: “Como hemos (¿quiénes somos nosotros?) dicho en otras oportunidades,… esa clase media rica (en sus Bunkers del este de Caracas – Marciano) tiene un origen fascista.” Son los “descendientes de italianos que huyeron de sus país temerosos de una victoria de Palmiro Togliatti y su poderoso Partido Comunista en la post segunda guerra mundial. Otros eran húngaros, rumanos, polacos o ‘rusos blancos’, ucranianos, georgianos, quienes buscaban refugio en nuestros países huyendo de las represalias por su colaboración con las tropas alemanas; o son descendientes de españoles que salieron de su país porque suponían que al final de la II Guerra Mundial toda Europa ‘caería en las garras de Rusia’.” La siguiente frase es peor, si cabe: “Esa migración europea transmitió a sus hijos y nietos ese odio anti-comunista irracional y bárbaro, característico de los europeos y que se une a esa especie de racismo contra los mestizos y odio.” Luego afirma que “un fenómeno similar ocurre en Bolivia” y lo fundamenta con los mismos “argumentos” raídos que usa para el caso de Venezuela.

El estilo fragoso de estas frases y los errores de escritura (“tropas alemanas” en vez de “tropas nazi”, p.e.) no hacen dudar que Marciano tiene nombre y apellido, como sospechamos desde tiempo los venezolanos demócratas: Jose Vicente Rangel (JVR). Él se jacta de escribir bien y, en los tiempos pretéritos de lo que el chavismo llama La Cuarta Republica, de ser el arbitro imparcial de toda la vida política y sus defectos en lenguaje perfecto. Esta vez, su contenido no permite dudas acerca de la nueva identidad del autor: las palabras fascista, odio en general y odio anti-comunista irracional, racismo contra los mestizos, entre otras, y expresiones como “ellos conspiran contra la Revolución Bolivariana” pertenecen claramente al vocabulario del régimen que nos oprime sociopolítica y socioculturalmente y al cual JVR ha servido para su surgimiento, luego en altos cargos y ahora como inventor de necesarias justificaciones simbólicas.

Echarles la culpa de los acontecimientos de 11/A, de la derrota de Chávez el 2D y del ascenso de la oposición democrática el 23N a la clase media en sus diferentes estratos, en especial a los “descendientes de italianos y…” es un “argumento” que carece de toda base, implica una difamación de nuestros conciudadanos inmigrados, la invitación a perseguirlos y la manifestación de una mentalidad fascista. Sobre todo porque aquellos inmigrantes han contribuido y contribuyen al desarrollo y la modernización del país y de la sociedad, al menos hasta que cayeron en las denuncias y el desprecio expresados por los más distinguidos voceros de esa mezcla confusa que figura bajo el epíteto del “Socialismo del siglo XXI” o, peor aun, “Socialismo Bolivariano”.

Los reveses del PSUV son bien merecidos, por todo lo malo que hemos tenido que vivir los venezolanos durante los últimos diez años, suficientemente conocido por la gran mayoría del pueblo, muchos chavistas incluidos.

El Comandante en Jefe suele aplicar el termino fascista, entre otros insultos, a toda persona que se atreve a cuestionarlo a él y a sus pocos logros de gobierno. Permítaseme una pregunta, Comandante: ¿Quiénes son los fascistas que usted ve en todos rincones, los que lo adversamos y criticamos democráticamente o sus ideólogos y escribidores estilo JVR?

Publicado el 10/12/2008 en EL NACIONAL, p. NACION.15