Publicado en julio de 2007
Publicado en Papel Literario
Anna Ajmátova

1
De madrugada vinieron a buscarte.
Yo fui detrás de ti como en un duelo.
Lloraban los niños en la habitación oscura
y el cirio bendito se extinguió.
Tenías en los labios el frío del ícono
y un sudor mortal en la frente. No olvidaré.
Me quedaré, como las viudas de los soldados del zar Pedro,
Aullando al pie de las torres del Kremlin.
2
Apacible fluye el Don apacible.
Amarilla la luna entra en mi casa.
Entra, ladeada la gorra;
la luna amarilla percibe una sombra.
Esta mujer está enferma,
esta mujer está sola.
Su marido, en la tumba; su hijo, en la cárcel.
Rezad por mi.
5
Diecisiete meses hace que grito
Llamándote a casa.
Me he postrado a los pies del verdugo,
Hijo mío, terror mío.
El mundo entero es confusión
y yo ya no sé distinguir quién es la bestia
y quién el hombre.
¿Cuánto falta para tu final?
Quedan sólo flores polvorientas, el rumor
de la lámpara de incienso, y huellas
que no llevan a ninguna parte.
Directa a los ojos me mira,
mal augurio de una muerte cercana,
una inmensa estrella.
6
Ligeras vuelas las semanas
y no sé qué pasó.
Cómo, mi niño, las noches blancas
te observaban en la cárcel.
Aún ahora tienen sus ojos en ti,
ojos brillantes de gavilán
que hablan de una cruz alta
y de tu muerte.

Escrito entre los años 1935 y 1940, Réquiem es uno de los poemas que más divulgación ha alcanzado en la obra de Anna Ajmátova (1889-1966). La traducción que ofrecemos pertenece a Monika Zgustova y Olvido GarcíaValdés.